Category Archives: Crítica

El pueblo somos todos.

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protesta

 

´´Cúcuta una ciudad para grandes cosas´´,  consignas que nos mienten, que nos vende el gobierno, pero solo son falacias camufladas en gritos y algarabía que patrocinan unos cuantos. Una ciudad hecha para grandes cosas necesita valores y una moralidad clara, cosa que me contraría como ciudadano al ver como se cuartan los derechos de quienes proclaman libertad.

Todo esto erradica en la prohibición del parque Simón Bolívar para ejecutar una revolución social, un fumantón organizado por jóvenes a nivel nacional el cual confiaron en Cúcuta para ver cambio, pero solo consiguieron el odio  y el repudio de aquellos dirigentes que paradójicamente están en el estado para cumplir las leyes y ordenanzas que como pueblo impartimos.

Dirigentes y fuerza pública, ¿Cómo expresan que quieren una ciudad para grandes cosas, si ustedes no están preparados para grandes cambios? Esa pregunta les dejo a aquellos que prohíben, que bajo su moralidad quieren organizar un pueblo el cual no piensa igual que ustedes, recuerden cucuteños, que muchos de los que están ocupando esos cargos públicos se encuentran involucrados en escándalos de dicho tema ¿Será que aquella prohibición surge de la envidia? ¿Es posible que los funcionarios quieran hacer su propia fumatón? Doctores, los invito a que hagan su propia fumatón, que hagan las orgías que quieran, al cabo que ya están acostumbrados, solo que como ratas se esconden bajo el velo de la noche para poder cometer los delitos morales y sociales.

Al escribir esto no lo hago para defender la causa, solo para abrirle los ojos al pueblo, CUCUTEÑOS noten como nos acuartan los derechos, hoy nos prohíben críticas pacificas y muestra de arte como lo son las danzas folclóricas y obras de teatro (eso se iba a presentar en el evento) en parques públicos, mañana seguramente nos prohibirán una marcha en contra de sus administraciones, es hora de que no aceptemos las libertades a medias, denunciemos.

 

Juan José Sánchez Torres

 

 

Ideas simples para un cambio complejo

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Latinoamérica, lejos de aquel falso socialismo debe tomar una mentalidad progresista y radical, definida entre la globalización que es tan inevitable como el elevado precio del agua. Necesita volver  a aquellos discursos de voz imponente y pretenciosa, tal vez no con los fundamentos antiguos, creo que es hora de cambiar el contenido, pero con la misma fuerza y a grito de pulmón exigir un cambio en el discurso. Necesitamos un cambio de dirigentes, luego de grandes ideólogos como lo fueron  Galeano, Galán y hasta el mismo Guevara, es para mí, como Latino, una falta de respeto tener que ser gobernado por petardos que llenos de ineptitud y avaricia chupan la sangre de nuestro pueblo, llenando de mafias políticas las entidades públicas, robando de tal manera que dan ganas de llorar. Latinoamérica necesita enseñar como un valor moral irrefutable ‘’los recursos públicos, son sagrados’’ así como lo indicaban Antanas Mockus y Sergio Fajardo en sus discursos de campaña en tiempos de elecciones pasadas  en Colombia. Los Latinoamericanos debemos comprender que como pueblo tenemos que contar con nuestro países vecinos, pues son necesarias las importaciones así como las exportaciones, dejando como base el principio de la igualdad, pues si producimos grandes cantidades de alimentos, no podemos importar este producto, eso afectaría directamente nuestra población, en definitiva debemos acabar con las ideas antiglobalizadoras, esas mismas que nos impiden aumentar nuestro capital, puesto que América para los americanos eso una idea feudal, que no aplica en esta época que degenera y confunden los intereses de los latinos.

Juan José Sánchez Torres

El estilo de mi generación

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joeves

Mi generación… honestamente, yo siempre me consideré de otra época. Creo que mi fecha de nacimiento se debería escribir con 30 o 40 años menos. Quizá es por esa razón por la cual puedo ver a mi generación real desde afuera, y creo que mi punto de vista resulta un tanto diferente a lo que podrían pensar muchas personas de mi edad.

Mi generación sufre, esa es la verdad.  Somos el producto de las guerras, de la represión, del auge del alcohol y las drogas en los tiempos de nuestros padres, y estas situaciones sociales han hecho mella en nosotros. Estamos en una búsqueda constante de ser diferentes, de llamar la atención,  de probar cosas nuevas y peligrosas, y creo que esto se debe, en parte, al desinterés que han mostrado nuestros padres en nosotros. La sociedad los ha volcado tanto en el trabajo, en las ganas de ganar más y más dinero, que no se dieron cuenta que mientras ellos no estaban había pequeños niños en sus cunas esperando por un abrazo. Y así como la falta de amor es un factor influyente, así mismo lo son los medios de comunicación que nos idiotizan, los aparatos tecnológicos de los cuales hacemos mal uso, la sociedad de consumo, la música barata y destructiva y la permanencia indeleble de las drogas y el alcohol. Todo lo anterior hace que el estilo de mi generación sea estigmatizado, señalado y tachado de peligroso y degenerado, y aunque sé que tienen razón, me gusta ver la otra cara de la moneda, una cara más pequeña, pero a la larga, espero que más poderosa. La cara en la que brillan los jóvenes cuyos ideales van más allá de conseguir el  último smarphone o de drogarse para parecer mayores y más interesantes. La cara en la que viven los imaginativos, los creyentes en algo más grande, los consientes, los coherentes, los que valoran el amor y la familia. La cara en la que habitan los que creen en la vida.

Para concluir, sé que la sociedad ve a mi generación sin muchas esperanzas, y puede que sea verdad. Pero yo estoy segura de que, tarde o temprano, los que creemos en algo mejor vamos a darle un giro a las cosas, vamos a surgir. Porque cuando se toca fondo, lo único que queda es subir.

Jennifer A. García N.

Parásitos sociales

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humanos

 

Vago el parásito que alberga en tus entrañas. Ocioso el parásito que no hace parte de ti, pero se cree poseedor de tu cuerpo.

Vil la manera como aprovecha tu ingreso para  hacerse mas fuerte y letal ¿sabes acaso cual es la intención del parásito? ¿será tu huésped por siempre o se apoderará de ti?  ¿Como es posible que se formara en un ambiente tan hostil y deforme? parásito se dice, parásito se es.

su excremento y desarrollo te hacen viejo, débil y enfermo. Sin poder hacer más, sé que enfrentas tu inminente final, partiéndote el lomo, alimentando con caviar a un parásito que se fortalece de tu debilidad, quiere tu locura y habla con sinceridad.

Hasta ahora el parásito de las entrañas así como el desgraciado de tus primogénitos, solo envenena y no forma, solo deforma y destruye cualquier tipo de vida, sueño y esperanza.

¡Parásitos de mierda! la camada es tan grande que mantienen a esta sociedad llena de malicia y es que el parásito es tan atómico como letal y ahora amenaza el mundo ¡claro está! En este mundo tan sumido en las trivialidades que camuflan la realidad, así como el mundo, son los parásitos; Se mezclan entre la gente, se vuelven irreconocibles para cubrirse en la fachada de purgantes supremos “mata parásitos” pero solo son parásitos camuflados en la tiniebla del poder y se esconden, llenos de cobardía, son la muestra de parásitos que dan asco.

también hay quienes se creen libres a de escribir lo que piensan o los que dicen luchar por los derechos de los ciudadanos, pero aunque siendo también parásitos solo son, larvas que se engordan y preparan para la usurpación al humano desprotegido, al humilde y digno.  Mas que cualquier cosa, mi preocupación es la plaga, aquella que sin importar moral, solo ataca y deja como resultados, inescrupulosos, parásitos sociales.

Juan José Sánchez

Eso pienso sobre…

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feliz

 

El sentido de la vida… básicamente esa es la pregunta que forma la miseria de la misma, que hace un tormento en la sociedad que día a día se cuestiona ¿para dónde vamos y como debemos hacerlo?, ¿es la felicidad la finalidad de todos nuestros días?, ¿grandeza?, yo simplemente puedo pensar y afirmar al hacerlo que ser feliz es lo más bonito que tenemos, es lo que nos da razón para seguir adelante, nos genera el sentido de GRANDEZA que buscamos. Tal vez esa felicidad no sea igual en cada uno de nosotros, simplemente es personal, llena de diferencia, pues lo que me hace bien puede que no lo sea para otro.

Suelo martirizarme, llenarme de dolor y hasta defender ideas que la  verdad no siento propias, tal vez hubo un momento donde no creía en la felicidad como camino a una vida de plenitud y justo en ese momento fui feliz, supe que ese sentimiento es la base de nuestros proyectos que nacen y es la recompensa de aquellos que alguna vez nacieron de eso. Es el impulso y el final.

Al hablar ahora de la miseria del ser humano, creo que me debo remitir a la soledad, esa soledad que se da no cuando estamos literalmente solos, sino cuando en nuestra mente se halla un vacío que imperdonablemente nos hace vulnerables, nos hace miserables… no hay peor tortura que la desolación en el desierto de la mente, pensar tal vez es el motivo por el cual estamos respirando y justo cuando pensar no es la gracia de la vida, perdemos la gracia del ser humanos. Ahora me doy cuenta que para poder ser feliz hay que pensar… y si podemos pensar en ser felices somos menos miserables, tal vez ese puede ser un camino para hallarle un sentido a la vida, pensar en una felicidad completa, donde estemos en armonía con un cuerpo y una mente que quieren ser razonables en el mundo de los sentimientos, para llegar a la reflexión de cómo ser grandes moralmente y felices sin hacerle daño a nadie.

 

Juan José Sánchez Torres

La Fábrica

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Luces, ruido, movimiento, congestión y maquinas… Maquinas frías, antropomórficas; autómatas perfectamente programadas. Nunca divagan, jamás se detienen: pues son conscientes de su nimiedad y mantenerse ocupadas cumpliendo su función es lo único que les permite alargar su tiempo encendidas. Con el tiempo se oxidan y son destinadas a una bodega individual, donde olvidan su función, o quizás la descubren pero ya es muy tarde: Sus bisagras oxidadas no soportan la hostilidad de la fábrica y las nuevas máquinas no escucharían sus tenues voces robóticas. Solo les resta esperar que su tiempo útil se consuma.

Llega hierro en bruto a la fábrica, el ambiente hostil lo corroe afanosamente y para conservarse estable se ve obligado a mesclar su esencia con 2 o tres capas de carbono. Esa amalgama artificial, ese acero es ahora ensamblado hasta lograr encajar con la descripción estética de una máquina, acto seguido, se le asigna una función y una banda de transporte.

Al comenzar la jornada, aquel androide se dirige a cumplir su función pero sufre un traspié causado por la torpeza de sus primeros pasos, lo cual le resta un tornillo a una de sus nuevas bisagras. Las maquinas lo enfocan en el piso y un archivo similar muy incipiente es compatible casi por completo con esa escena, sin embargo  su función las llama y levantar otra máquina caída no está comprendido en sus labores.

El androide recuerda cuando el tiempo se media en días, no en jornadas y un líquido muy humano intenta brotar de sus paneles oculares. Se incorpora, al subir a la banda logra captar con sus paneles húmedos la caída de una androide recién ensamblado. Un archivo similar muy incipiente es compatible casi por completo con esa escena, pero ya es muy tarde: Es ahora otra máquina de la fábrica, su función la llama y levantar otra máquina caída no está comprendido en sus labores.

Andrés Castaño Vega

La particularidad de las cosas

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Como en las épocas de diciembre acostumbramos ver los árboles decorados, los colores rojo y verde, y los alumbrados extravagantes (en algunos casos) sobre nuestro país, también acostumbramos a presenciar discursos de políticos, actos culturales, música vieja (que de vieja no tiene nada) presentaciones musicales y mucha gente comprando licores para las festividades,  además de la pólvora.

¿Es un Chiste? Para nada, otros contextos serán pero el rasgo cultural se marca por nuestras venas,  se alza a flote en las épocas de fiesta y dejamos ver nuestra verdadera cultura, esa que nos identifica y nos “determina” en distintas partes del mundo, de ahí los comentarios cuando uno viaja al exterior.

No pretendamos cambiar a la gente de un día para otro, si no te gusta este tipo de cosas ¿Qué puedes hacer? ¿Lanzar piedras para manifestar la “poca” cultura que nuestro país tiene? ¿Ser resentido e irte, o vivir en silencio tu “superioridad” cultural? Yo no tengo la respuesta, tal vez tu sí, pero si conozco un medio, la participación.

Incentivar, proponer, agrupar y participar, cosas como estas son ESCENCIALES para el desarrollo de una cultura y de una democracia (que muchos hablan) para el progreso de una sociedad futura, adecuada y cada vez mejor. Pero ¿tenemos esas cualidades? ¿los JÓVENES están dispuestos a comprometerse? o preferimos vivir nuestra realidad esperando que algún día alguien aparezca y de un día para otro cambie las cosas sin equivocarse y que nos beneficie a TODOS, ¿o no?

Bueno, no es tan dramático, pero es necesaria una participación, en especial de la juventud porque somos los herederos de nuestra tierra, de nuestro país y de una cultura muy grande distorsionada que pocos conocen y confunden. Así como muchos critican a los que gobiernan, pocos se critican en reconocer ¿Qué he hecho? Simplemente porque tenemos la visión equivocada de nuestro sistema, de nuestra cultura y de nuestras vidas. Se puede mejorar, la EVOLUCIÓN no es proceso de un día para otro, son procedimientos que se demoran y que al final benefician increíblemente.  Nosotros somos los que evolucionaremos, los que cambiaremos, los que les mostraremos a las futuras generaciones  que hubo una época donde éramos una verdadera sociedad, y nos recordaran con anhelo y una cálida sensación en el pecho.

Fernando Hurtado Villamizar

Diferencias entre sin calzones

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Hace poco leí el escrito de un gran amigo, hablaba acerca de lo peyorativo que podría llegar a ser el lenguaje, en mis escritos, como en el hablar “mundano” de los “comunes”.

Lo curioso es que en noches pasadas, de esas un tanto inundadas de bohemia, afirmaba ser un ser libre, sin ataduras, ansioso por comerse el mundo, por disfrutar de él y hasta en el mejor de los casos por cambiarlo… ¿su única ambición?… ¡ser político! pero claro de los buenos, de esos que hacen grandes cosas, de los que cambian.

Así que me declaro confundido, como es posible querer ser libre y a la vez aceptar los esquemas del lenguaje, de que es grosero y que no; porque no comenzar por cambiar eso, por romper esos calzones que limitan nuestras palabras, ¿donde está lo nuevo?, ¿lo distinto?, ¿acaso se mejora con seguir escribiendo las mismas dulces e hipócritas palabras de antes?

Y más aún querer ayudar y cambiar a un pueblo con el que no comparte ni las expresiones, no veo lo diferente. Es cierto que para hacer un cambio, no debes ser igual a los que quieres cambiar, pero tampoco se puede esperar que haya una conexión con ellos, si no existe un puente que los una… ¿y que mejor puente que las palabras?

Claro que no hay necesidad de ser grotesco cuando se critica, como tampoco hay necesidad de hacerlo con palabras que solo los diccionarios entiendan. No lo apoyo querido amigo, no hay necesidad de volver “culto” nuestro lenguaje, para aprender a hablar y menos aún para gritar.

No soy quién para cuestionarlo ni criticarlo, pues la mierda que ha pisado él no se parece a la mía. Sin embargo su escrito me ha dejado empapado, por lo cual espero que con esto, se moje un poco y en vez de secarse, aprenda a estar mojado.

¡Que viva la diferencia de pensamientos!

Para Andrés Castaño Vega.

David Alejandro Pérez Villabona.

Critica concreta a un lenguaje grotesco.

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Ah, el lenguaje. Es tarde en la noche, les escribo con un tinto en la mano. ¿Por qué les escribo esta vez? ¿Porque me atrevo a robarles su atención y por ende tiempo de sus preciadas vidas? Porque estoy HASTIADO, del declive del lenguaje, estoy EXHAUSTO de tener que explicar palabra por palabra cada frase que digo. Y más triste aún… estoy OBLIGADO a vivirlo día a día.

Curiosamente anoche departiendo con una lectora, me compartió una concepción interesante sobre las modas dentro de la psicología de masas. Cito: “La palabra moda esconde en su desnudez mucha basura, mucho vacío; es vómito mental que causa malestar a la cultura”. ¡¿Y qué es el declive del lenguaje sino una moda?! Pues yo me rehúso rotundamente a caer en ella. Muchachos DESTRUYAN sus concepciones sobre lo “bacano” para así CONSTRUIR individualmente algo auténtico, algo elaborado. Atrévanse a ser las ovejas negras del bien.”

Se puede hacer una critica fuerte, sin ser grotesco. Si a alguien le cayo agüita, espero se seque.

Andrés Castaño Vega

Ciudad enmascarada

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Siempre quise que alguien me explicara la razón de que mi ciudad careciera de esa presencia cultural de otras ciudades, con envidia veía la elegancia de los avisos de centros de ocio artísticos de Paris, el hermoso despliegue de talento de las Ramblas de Barcelona, que más que obstaculizar al peatón, alegran el espacio público con coloridos pregones; y sin irnos tan lejos, los festivales de los Paisas, que descienden los niveles de delincuencia con llamados a la juventud a prácticas culturales, o el festival iberoamericano de teatro que bloquea cada dos años a Bogotá; y mientras, nosotros con tan poco de “ocio sano” que hacer en esta ciudad, qué cuando el alcalde anunció el “Toque de Queda Juvenil”, creí que se debía, a la necesidad de PROTEGERNOS de la poca cultura que hay en las calles. Y es que el “Teatro” Zulima, supuesto centro cultural, hoy por hoy funciona más para encuentros políticos, como los del señor Procurador Ordoñez, y en los cuales participa nuestro Alcalde, reuniones que terminan siendo programada por aduladores del señor Procurador, con miras a tal vez una futura elección…y de cultura, tan solo el nombre (“Teatro”).

Por eso reunido con Donamaris, propuse impulsar las actividades culturales como una alternativa a disminuir el consumo de alcohol, drogas y demás, que a mi parecer son las únicas opciones que tenemos los jóvenes en un fin de semana.

Para mi sorpresa el Alcalde una y otra vez, nombró y recalcó una a una las acti

vidades culturales que se hacían en esta ciudad, tales como: festivales de danzas, teatro, ciclopaseos nocturnos, eventos que mis oídos jamás habían escuchado: Asombrado de la magnitud de tales actividades artísticas realizadas en esta ciudad desconocida, relacioné entonces la falta de cultura, con la poca publicidad que se hace acerca de estas tan poco reconocidas actividades, pues nunca he visto un solo aviso en las calles que diga: Festival de teatro, danzas, ciclopaseos nocturnos o algo por el estilo.
A lo que muy sabiamente el Alcalde contestó:

“A no pero es que yo no puedo llenar el espacio público de letreros, eso hace ver fea la ciudad.”

Atónito llegó a mi cabeza los avisos de Paris, la mugre artística que deja sobre el asfalto un día de trabajo en las Ramblas. ¿Acaso eso hace ver feas a estas ciudades? O ¿Quizá es por lo que se consagran como ciudades elegantes y envidiadas por el mundo?

La sorpresa hizo que mi mente no parara y entonces vino a mi memoria; Cúcuta en la campaña para la alcaldía. Recordé todos esos rostros pegados en los postes y colgados en las vallas publicitarias, que bien o mal, y no es por insultar a los candidatos, pero no hacían ver tan “bonita” a la ciudad. Rostros de los cuales el Alcalde Donamaris también hizo parte. ¿Por qué no consideró que se podía ver fea la ciudad con su rostro pegado en todos los postes? Debe ser porque considera que su cara es tan magnífica que hace ver “hermosa” la ciudad. No sé, curiosidades de la vida.

En lo que si insistí fue en la necesidad que teníamos muchos jóvenes por una cercanía cultural con la Alcaldía, lo que hizo que el Alcalde prometiera comunicarse con alguien que nos empapara del tema y que hoy por hoy no se ha presentado.

Por último, solo queda el deseo de que pueda estallar la burbuja que nos bloquea y evita que conozcamos esa misteriosa y lejana ciudad, educada y bella que es Cúcuta; Sin avisos culturales pero llena de rostros y sonrisas un tanto codiciosas pegadas en sus postes. Porqué al final aparte de no tener CALZONES, somos ciudadanos de esta ciudad “enmascarada”. No sé, curiosidades de la vida.

David Alejandro Pérez Villabona.

Hice este escrito después de lo que para mí fue una dolorosa entrevista con el señor Alcalde, mucho antes que se creara SIN CALZONES. Y aunque parezca un tanto rudo y sarcástico, el objetivo no es ir en contra de Donamaris, pues alguien muy sabio me enseño que es mejor estar a favor de algo valioso, que ir en contra de algo insignificante (como son los políticos de esta ciudad), por eso la idea del escrito no es más que ir A ¡FAVOR DE LA CULTURA!, deseando claro la ayuda de los de corbata, pero si no es posible, así sea sin calzones lo intentaremos.